Propongo a la clase de 1º SMR que nos recomiende un libro, nos indique una poesía que le guste o cualquier frase célebre que le haya marcado y asi compartirlo con el resto del instituto.
Ya brotan los frutos tiernos que engendró mi alma en invierno, ya comienzo a delirar, a sentirme en el infierno donde se quema el eterno tiempo muerto y por matar.
Ya brotan las tiernas ramas de esta ciencia tan profana que solo sabe ordenar que programe para Juana, que enrede a Paco en sus tramas, que a Jose le abra ventanas... que vea Manolo las ganas que tengo de trabajar.
Ya brota el árbol binario, viejo, sabio, milenario, que planté para soñar, en un terreno no agrario: un disco duro y precario que se ha de formatear.
Ya brotan en mi memoria los recuerdos de una historia que a veces quiero olvidar, porque me llenan de euforia prometiéndome una gloria que yo no puedo alcanzar.
Amigo, levántate para que oigas aullar al perro asirio. Las tres ninfas del cáncer han estado bailando, hijo mío. Trajeron unas montañas de lacre rojo y unas sábanas duras donde estaba el cáncer dormido. El caballo tenía un ojo en el cuello y la luna estaba en un cielo tan frío que tuvo que desgarrarse su monte de Venus y ahogar en sangre y ceniza los cementerios antiguos.
Amigo, despierta, que los montes todavía no respiran y las hierbas de mí corazón están en otro sitio. No importa que estés lleno de agua de mar. Yo amé mucho tiempo a un niño que tenía una plumilla en la lengua y vivimos cien años dentro de un cuchillo. Despierta. Calla. Escucha. Incorpórate un poco. El aullido es una larga lengua morada que deja hormigas de espanto y licor de lirios. Ya vienen hacia la roca. ¡No alargues tus raíces! Se acerca. Gime. No solloces en sueños, amigo.
¡Amigo! Levántate para que oigas aullar al perro asirio.
Si yo pudiera programar mi corazón, empezaría con el dolor constante a cero, después haría una llamada a una función que le enviara un decimal a la razón y retornara la fracción como un entero.
Si yo pudiera programar mi corazón, no encerraría entre llaves lo que quiero, le pasaría un argumento a la emoción cuyo valor fuera esa oscura indirección donde se guarda la expresión que tanto espero.
Si yo pudiera programar mi corazón, declararía mi amor con un puntero y le daría a mi alma una instrucción: que no se hundiera si tras la compilación tanto algoritmo la llevara al agujero.
EL ARBOL BINARIO
ResponderEliminarYa brotan los frutos tiernos
que engendró mi alma en invierno,
ya comienzo a delirar,
a sentirme en el infierno
donde se quema el eterno
tiempo muerto y por matar.
Ya brotan las tiernas ramas
de esta ciencia tan profana
que solo sabe ordenar
que programe para Juana,
que enrede a Paco en sus tramas,
que a Jose le abra ventanas...
que vea Manolo las ganas
que tengo de trabajar.
Ya brota el árbol binario,
viejo, sabio, milenario,
que planté para soñar,
en un terreno no agrario:
un disco duro y precario
que se ha de formatear.
Ya brotan en mi memoria
los recuerdos de una historia
que a veces quiero olvidar,
porque me llenan de euforia
prometiéndome una gloria
que yo no puedo alcanzar.
Amigo,
ResponderEliminarlevántate para que oigas aullar
al perro asirio.
Las tres ninfas del cáncer han estado bailando,
hijo mío.
Trajeron unas montañas de lacre rojo
y unas sábanas duras donde estaba el cáncer dormido.
El caballo tenía un ojo en el cuello
y la luna estaba en un cielo tan frío
que tuvo que desgarrarse su monte de Venus
y ahogar en sangre y ceniza los cementerios antiguos.
Amigo,
despierta, que los montes todavía no respiran
y las hierbas de mí corazón están en otro sitio.
No importa que estés lleno de agua de mar.
Yo amé mucho tiempo a un niño
que tenía una plumilla en la lengua
y vivimos cien años dentro de un cuchillo.
Despierta. Calla. Escucha. Incorpórate un poco.
El aullido
es una larga lengua morada que deja
hormigas de espanto y licor de lirios.
Ya vienen hacia la roca. ¡No alargues tus raíces!
Se acerca. Gime. No solloces en sueños, amigo.
¡Amigo!
Levántate para que oigas aullar
al perro asirio.
buen comentario Jose Luis xD
ResponderEliminarGracias XD
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPudiera llegar el día en que el cansancio y el dolor fueran más fuertes que nuestra voluntad, pero hoy no es ese día
ResponderEliminarLa grandeza de la vida no consiste en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos
ResponderEliminarMi corazon y mi mente cargaran mi alma cuando mis piernas no puedan mas
ResponderEliminarPROGRAMACIÓN EN C++
ResponderEliminarSi yo pudiera programar mi corazón,
empezaría con el dolor constante a cero,
después haría una llamada a una función
que le enviara un decimal a la razón
y retornara la fracción como un entero.
Si yo pudiera programar mi corazón,
no encerraría entre llaves lo que quiero,
le pasaría un argumento a la emoción
cuyo valor fuera esa oscura indirección
donde se guarda la expresión que tanto espero.
Si yo pudiera programar mi corazón,
declararía mi amor con un puntero
y le daría a mi alma una instrucción:
que no se hundiera si tras la compilación
tanto algoritmo la llevara al agujero.